OTRA MANERA
- Thea Elling
- 4 jul 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb

Hace tiempo tuve la oportunidad de escuchar una conferencia sobre los refugiados eritreos.
Hubo un punto que captó fuertemente mi atención, no en primer lugar la increíble miseria que estas personas soportan antes de llegar a un destino seguro, sino lo que les espera después; la gran diferencia cultural. A menudo hay una diferencia esencial entre lo que diversas culturas consideran importante.
En Holanda, por ejemplo, se dan gran valor a la honestidad y a poder defendernos. Como resultado, sucede más que nunca que los no neerlandeses les vean como groseros y rudos.
Binyam Andebrhan, el hombre que nos dio la conferencia y que dedica toda su vida a ayudar a los refugiados, describió la situación con unas pocas palabras: Los neerlandeses ponen al individuo, el "yo" en primer lugar y luego viene el interés general, mientras que en muchos otros pueblos la comunidad es lo primero y luego viene el individuo.
Eso me hizo reflexionar. ¿Se puede decir que una cosa es mejor que la otra? ¿Cuáles son las ventajas de poner al individuo por encima del interés general y cuáles son las ventajas de poner al grupo, nuestra sociedad, por encima de nuestros propios intereses?
¿Cómo lo ves tú, pueden estas dos visiones ser reconciliadas?
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