UN CLÁSICO
- Thea Elling
- 25 sept 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb
Anoche pensé que realmente me iba a dar gripe. Estaba tosiendo, tenía frío y no tenía nada de apetito. Quería trabajar un poco en mi ordenador: responder algunos correos electrónicos, escribir en mi blog y, si quedaba tiempo, buscar información sobre algo que me interesaba. Pero no me sentía al 100% y realmente no tenía energía para invertir en cosas relativamente insignificantes. Sin embargo, quería tanto terminar lo que me había propuesto y no sabía qué hacer.
De repente, recordé lo que un buen amigo me dijo una vez después de contarle que tenía miedo de que, si me volvía menos activo, me deterioraría más rápido. Me dijo que era todo lo contrario, y que si nos cuidamos, nos mantendremos saludables y vitales por mucho más tiempo.
Sí, como esos hermosos coches clásicos que todos miran con admiración. Bueno, yo también quiero ser un coche clásico, uno que aún funcione perfectamente y se vea bien.
Pero no se convierte uno en un clásico de la noche a la mañana. Estos coches se mantienen con cuidado, a menudo son más fuertes que algunos autos deportivos nuevos, aunque, por supuesto, se puede ver que ya han pasado muchos años.
Ahora tengo la suerte de ser el jefe de mi propia carrocería y de cómo manejo mi vehículo; puedo dosificar mi propio combustible y programar mis mantenimientos, y, sobre todo, asegurarme de que el motor no se sobrecaliente. Incluso puedo elegir quién puede acompañarme en el viaje.
Es mi propia elección y responsabilidad.

Comments